30 de abril de 2024

'Conan: Lethal Consignment', de Shaun Hamill

Aunque mis entradas sobre Conan el bárbaro tienen menos poder de convocatoria que un cine al aire libre en Siberia, hoy echaremos un vistazo al quinto relato de Conan publicado bajo el sello The Heroic Legends, titulado Lethal Consignment, o sea, Consignación letal. Supongo que también podría traducirse como Depósito letal, pero lo cierto es que ninguno de esos títulos suena ni remotamente apropiado para una aventura de espada y brujería. ¿Qué será lo próximo?, ¿Espadas y tasas aduaneras?, ¿El hacedor de letras de cambio?... Al menos la palabra "letal" lleva implícita una promesa de violencia. Algo es algo.

El autor, Shaun Hamill, comparte apellido con Mark Hamill, el actor que interpretó a Luke Skywalker en las películas de la Guerra de las Galaxias, y eso es todo lo que podría decir de él si no hubiera visitado su sitio web y descubierto que en 2019 publicó la novela A Cosmology of Monsters. Este título no me es familiar, pero Stephen King dijo que "si John Irving hubiera escrito una novela de terror, habría sido algo parecido a esta". Y, en esta casa, respetamos la opinión de Stephen King y las referencias a John Irving.

1 de abril de 2024

La trilogía de Han Solo, de Ann C. Crispin

Nunca he dejado de leer novelas de la Guerra de las Galaxias. Aunque aquellos veranos de adolescencia desaprovechada en los que leía un título de la saga tras otro quedan ya muy lejos, no recuerdo ninguna etapa de mi vida en la que me haya olvidado totalmente de esa pata de la franquicia. Incluso en los periodos en los que he preferido invertir mi tiempo en otras aficiones, he picoteado aquí y allá según me apetecía, con moderación, pero de manera más o menos constante. Es más, a diferencia de muchos fans ya mayorcitos que incluso hoy siguen protestando por el rumbo que tomó la saga después de que Disney fagocitase Lucasfilm, yo seguí fiel a esas lecturas. Ni siquiera me importó que el Universo Expandido se rebautizara como "Leyendas" y dejase de considerarse canon. Mis hobbies no necesitan el sello del conglomerado multinacional más grande del mundo, gracias.

Y así fueron más o menos las cosas hasta que leí la primera novela de la Alta República: Luz de los Jedi, publicada en 2021 y que, más que una novela, es una herramienta de mercadotecnia milimétricamente estudiada y diseñada para abrir las puertas a una miríada de productos de la franquicia. Puede que se hayan contado buenas historias después de esa novela, pero, si en algún momento he sentido la convicción de que había llegado el momento de bajarme del carro, fue ese. Desde entonces, ya no me he leído ninguna novela nueva.

Eso no quita para que siga gustándome la Guerra de las Galaxias. Y como en el fondo soy un nostálgico, el año pasado decidí que había llegado la hora de releerme algunas novelas del antiguo Universo Expandido. Podría hacer cosas peores con mi tiempo libre, pero no se me ocurren muchas, y la primera de la lista es escribir sobre esas novelas en mi blog después de leérmelas. Por lo tanto, imaginaos lo arrepentido que estoy en este momento.

La hoja de ruta que tracé empieza por la trilogía de Han Solo, de Ann C. Crispin, y termina con Crisol, de Troy Denning. Y por si os lo estáis preguntando, no, ni siquiera se me pasó por la cabeza releer las novelas de la época de las precuelas. Dejadme ser viejo y rancio para las cosas que no importan.

Aquella decisión, como muchas otras decisiones en mi vida, fue acompañada de otra peor: hacer una encuesta para determinar si ceñirme a escribir reseñas como hice con la Dragonlance el año pasado o, además, resumir cada novela. Al parecer, sentís el mismo desprecio por mi tiempo de ocio y mi salud mental que yo mismo, porque elegisteis la segunda opción.

Esto nos lleva a la entrada de hoy, en la que repasaré las novelas que componen la trilogía de Han Solo y examinaré sus virtudes y defectos, al mismo tiempo que me replanteo todas las malas decisiones que me han conducido a este momento.

Para los que no estéis por la labor de que os destripe estas novelas y prefiráis acudir vírgenes a la cita, solo diré que la trilogía de Han Solo está entre lo mejorcito que uno se puede encontrar en la parcela literaria de la franquicia. Sobre eso, a diferencia de todo lo que vino después de El Imperio contraataca, hay unanimidad.

11 de marzo de 2024

'Masters of the Universe: Super Adventure', la aventura conversacional

Voy a empezar este artículo con una pregunta imposible de contestar: ¿Es Masters of the Universe: Super Adventure el peor videojuego de los Masters del Universo que existe?

Y por supuesto la respuesta es… que no puedo asegurarlo. Os esperabais algo más tajante, ¿verdad? Bien, pues yo me esperaba un videojuego decente, así que ya somos al menos dos los que estamos decepcionados.

Aunque mi umbral de dolor es alto, no lo es tanto como para jugar a todos los videojuegos de los Masters del Universo que han salido desde el nacimiento de la franquicia. Y no es que sean muchos. Es que la competencia es durísima. The Power of He-Man (1983) y The Arcade Game (1987) son aberraciones de la era de los 8 bits que deberían quedar relegadas al olvido; los gráficos de Power of Grayskull (2002) y Defender of Grayskull (2005) me producen urticaria en los nervios ópticos; y Tappers of Grayskull (2016) le hizo un parco favor a mi tendinitis crónica.

Podría citar algunos ejemplos más, porque el máximo galardón al que aspiran los videojuegos de los Masters del Universo es la mediocridad; pero no creo que esté preparado para desbloquear tantos traumas de golpe.

La clave aquí es que todos ellos, por reguleros o malos que sean, comparten un acierto clave: son juegos de acción.

Todos... menos uno.

14 de febrero de 2024

Marmalade Boy: Capacidad para amar. Tú no le convienes a Yuu

¿Qué probabilidades diríais que hay de que viva más de cien años? Lo digo porque, en este preciso momento, a 14 de febrero de 2024, necesitaría vivir sesenta y dos años más para terminar de recapitular Marmalade Boy. Y eso suponiendo que no se me pudra antes el cerebro, lo cual es inevitable si sigo viendo esta serie. ¿Debería hacer como el difunto Robert Jordan con La rueda del tiempo y empezar a buscar a alguien que continúe mi labor? No sé si odio tanto a nadie como para hacerle eso, la verdad.

Sea como fuere, seguidme en redes sociales y manteneos atentos para obtener respuestas a estos interrogantes. Las tendréis antes del día de San Valentín del año 2086.

Hoy nos toca repasar el decimocuarto episodio de la serie, titulado Capacidad para amar. Tú no le convienes a Yuu. Lo poco que recuerdo claramente del episodio anterior es que Ginta confesó a Miki que su noviazgo con Arimi era un embuste para provocarle celos. También recuerdo que, después de verlo, tuve que bajar a comprar paracetamol y que luego lloré desconsoladamente en la ducha. Pero eso no es relevante, sino rutinario. Hace mucho tiempo que acepté el riesgo que esta serie (o sucesión de imágenes sacadas del catálogo de mis peores pesadillas) conlleva para mi salud mental. En cierta manera, podría decirse que soy un héroe.

No, héroe no. La palabra que buscaba era mentecato. Eso es, mentecato. También me valen cretino, necio, zote, lerdo... Pero será mejor que no malgaste mi repertorio de insultos antes de recapitular, que seguro que al final me faltan.